El Castillo de Alcalá de la Selva es un espacio en el que se entrelazan la historia y la leyenda. Construido sobre las ruinas de un asentamiento ibero-romano y de una fortaleza andalusí, el enclave fue entregado por Alfonso II de Aragón a los monjes de la Selva Mayor de Gascuña hace 850 años. Este edificio constituye el principal testimonio de los dos siglos en lis que Alcalá de la Selva estuvo en manos de estos benedictinos franceses. Ese vínculo imperecedero está también presente en la portada románica de la antigua iglesia parroquial, en los restos arqueológicos descubiertos en el Santuario de la Vega y en las fases más antiguas de muchas masías y de algún molino. Sumérgete de la mano de Juana y de su abuela en esta apasionante historia.